I
a veces dan ganas de caminar por el cielo
dando pequeños pasos
uno por uno para no resbalar
rompiendo el placer de cada palabra
con el acento de las piedras quemadas
con el grito de sonidos vacios
llenos de sordera
dichos los sonidos por contrabando
aventados como una piedra en medio de la noche
con suaves mariposas volando a través de las hojas blandas
sin espacios vacios sin cosas mal dichas
además de la noche mal puesta y de la sonaja del tiempo aplastado
pensando en un ayer mal acomodado
en la verdad encubierta
en el mismo deseo constante de unir mi boca a tus senos
de poder dormir en la mitad de tu aliento
someter a un sueño sencillo la bondad de tus caricias
y despertar aún rígido al interior de tu carne cómo un pequeño canguro
nadie puede decir que las cosas estaban mal
otras veces
ni siquiera es posible
despegar
los pies del piso
dando pequeños pasos
uno por uno para no resbalar
rompiendo el placer de cada palabra
con el acento de las piedras quemadas
con el grito de sonidos vacios
llenos de sordera
dichos los sonidos por contrabando
aventados como una piedra en medio de la noche
con suaves mariposas volando a través de las hojas blandas
sin espacios vacios sin cosas mal dichas
además de la noche mal puesta y de la sonaja del tiempo aplastado
pensando en un ayer mal acomodado
en la verdad encubierta
en el mismo deseo constante de unir mi boca a tus senos
de poder dormir en la mitad de tu aliento
someter a un sueño sencillo la bondad de tus caricias
y despertar aún rígido al interior de tu carne cómo un pequeño canguro
nadie puede decir que las cosas estaban mal
otras veces
ni siquiera es posible
despegar
los pies del piso